Sobre mí

Mi camino en el arte

Soy Miguel Yebra, un artista autodidacta con una vocación innata por la creación. Durante gran parte de mi vida, el arte fue una pasión contenida, un pulso constante que no encontraba el tiempo ni el espacio para manifestarse. Hoy, por fin, recupero ese tiempo y me entrego a lo que siempre fui: un creador, un explorador del arte.

Pinto y esculpo desde la emoción, guiado por las sensaciones que me despierta el mundo que habito. Mi obra nace del impacto de lo cotidiano, de los acontecimientos que me atraviesan y de mi mirada sobre un mundo en transformación. Lo que siento se convierte en trazo, en materia, en volumen. Pinto con óleo, trabajo con metal, madera o materiales recuperados, explorando siempre desde lo intuitivo, lo sensorial y lo visceral.
No busco la perfección, sino la autenticidad. Cada obra es un intento de dar forma a lo que no siempre se puede decir: una emoción que se impone, una inquietud que pide ser mirada, o una esperanza que aún resiste.

Mi arte no pretende dar respuestas, sino provocar preguntas. Es un espacio donde la percepción se transforma en experiencia y el espectador se encuentra, si quiere, con su propia voz.

Miguel Yebra junto a una de sus esculturas de gran formato
Miguel Yebra junto a una de sus esculturas de gran formato
Mi taller: el espacio donde la creación cobra vida

Mi taller es el corazón palpitante de mi arte, un lugar donde los materiales se encuentran con la intuición, y las horas desaparecen en un suspiro. Aquí, cada rincón está impregnado de huellas de los materiales con los que trabajo: óleo, metal, madera, y sobre todo, materiales reciclados que me permiten dar nueva vida a lo que otros consideran desechos. Para mí, cada pieza tiene una segunda oportunidad, un propósito que va más allá de lo convencional.

Es un espacio donde la magia se gesta lentamente, con cada corte, cada pincelada, cada escultura que toma forma. Trabajo con las manos, pero también con la mente, dejándome llevar por la intuición y el susurro de los materiales. El proceso es una danza entre lo que el material me ofrece y lo que mi imaginación puede crear, un intercambio constante de ideas y sensaciones. Aquí el tiempo no existe, las horas vuelan sin darme cuenta. La inspiración fluye, a veces de la forma más inesperada, y el trabajo se convierte en un acto meditativo, donde cada detalle cuenta y cada gesto es una forma de comunicar lo que no siempre puedo decir con palabras.

Taller de creación de Miguel Yebra
Taller de creación de Miguel Yebra
Inspirado por el surrealismo, guiado por la intución

Mi universo creativo bebe del surrealismo, ese territorio donde el inconsciente se expresa libremente y lo simbólico cobra cuerpo. Entre todas las referencias, Salvador Dalí ha sido una fuente constante de inspiración: su manera de transformar lo invisible en imagen, de mezclar belleza y extrañeza, razón y sueño, ha marcado mi forma de mirar y de crear.

Como él, no busco representar la realidad tal cual es, sino como la siento. Desafiar lo tangible, lo plausible despertando una mirada que consiga ver en lo profundo.